Las fases de la luna son un fenómeno fascinante que ha intrigado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. La Luna pasa por un ciclo continuo de cambios en su apariencia, que se deben principalmente a la posición relativa entre la Tierra, la Luna y el Sol. Este ciclo, que dura aproximadamente 29.5 días, se divide en varias fases distintas:

Luna Nueva: En esta fase, la Luna está entre la Tierra y el Sol, por lo que su cara iluminada no es visible desde la Tierra.

Cuarto Creciente: En esta etapa, la Luna ha completado aproximadamente una cuarta parte de su ciclo de iluminación. Desde la Tierra, vemos la mitad derecha de la Luna iluminada.

Luna Llena: La Luna está opuesta al Sol en esta fase, lo que significa que su lado iluminado está completamente frente a la Tierra. Es cuando vemos la Luna completamente iluminada y redonda.

Cuarto Menguante: Similar al cuarto creciente, pero esta vez la mitad izquierda de la Luna es visible desde la Tierra.

Estas cuatro fases principales son solo una parte del ciclo completo de la Luna. Durante el período entre estas fases, la Luna pasa por diversas formas intermedias, como creciente menguante y menguante creciente.

Las fases de la Luna no solo tienen un interés estético, sino que también han sido fundamentales en la vida cotidiana de muchas culturas a lo largo de la historia. Desde la agricultura hasta la navegación, pasando por la astrología y la religión, han influido en una variedad de aspectos de la vida humana. Además, la Luna sigue siendo objeto de estudio científico continuo, ya que su influencia se extiende incluso a fenómenos naturales como las mareas.