En una jornada marcada por la Navidad, Rusia intensificó sus ataques contra Ucrania, provocando una ola de indignación internacional. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el ataque como una acción deliberada y cruel. “Qué podría ser más inhumano que esto”, cuestionó.

Desde las primeras horas del día, Ucrania fue blanco de un centenar de drones y más de 70 misiles rusos. De acuerdo con Zelenski, este tipo de operaciones requieren una preparación meticulosa, lo que evidencia que no se trata de decisiones improvisadas, sino de actos premeditados. A pesar de los esfuerzos de las defensas ucranianas, que lograron derribar más de la mitad de los proyectiles, varios impactaron en infraestructuras energéticas clave.

El saldo inmediato incluyó cortes de energía en varias regiones, afectando a miles de ciudadanos en plena temporada invernal. “El objetivo es nuestra infraestructura energética”, denunció Zelenski, quien también agradeció el arduo trabajo de los equipos que luchan por restablecer el suministro.

El Ejército ucraniano reportó la intercepción de 113 de los 184 proyectiles lanzados por Rusia. Estos ataques se concentraron en regiones como Járkov, Kiev, Dnipropetrovsk, Poltava, Zhitómir, Ivano-Frankivsk y Zaporiyia, dejando daños considerables y poniendo a prueba la capacidad de resistencia del país.

Zelenski enfatizó que, a pesar de los bombardeos, Ucrania no cederá. “El mal ruso no destruirá Ucrania ni arruinará la Navidad”, declaró, confiando en la fortaleza de su pueblo y en el apoyo internacional.

Mientras tanto, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, denunció que el espacio aéreo de su país fue violado durante el ataque ruso. “Mientras nuestros países celebran la Navidad, el Kremlin opta por la destrucción”, expresó en redes sociales.

Sandu subrayó que estas acciones no solo violan la soberanía de Moldavia, sino también el Derecho Internacional, reiterando su solidaridad con Ucrania. “Condenamos estos actos y reafirmamos nuestro compromiso con la paz y la estabilidad”, concluyó.