El estado de Oklahoma llevó a cabo la ejecución de Kevin Ray Underwood mediante inyección letal. Lo que llamó la atención fue la coincidencia macabra: Underwood murió en su 25º cumpleaños.

La ejecución tuvo lugar en el centro penitenciario de McAlester a las 10:14 h, hora local. Con esta, Oklahoma suma cuatro ejecuciones en el año, mientras que el total nacional asciende a 25, según registros oficiales.

Kevin Ray Underwood, un empleado de una tienda de alimentación, fue condenado por un crimen atroz que conmocionó al país. En 2006, asesinó brutalmente a Jamie Rose Bolin, una niña de diez años. Según los informes judiciales, Underwood atrajo a la menor a su apartamento, donde la golpeó en la cabeza, la asfixió, la violó y planeaba incluso canibalizarla.

Pese a sus confesiones y al peso de las evidencias, el caso continuó generando controversia. La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma rechazó una solicitud de clemencia apenas una semana antes de la ejecución, sellando el destino de Underwood.

Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte en 1976, al menos mil 607 personas han sido ejecutadas en el país, de acuerdo con el Death Penalty Information Center. Este caso no solo suma a esa estadística, sino que también reaviva el debate sobre la efectividad y la ética de la pena capital en Estados Unidos.