A la caída del sol del 17 de diciembre, la comunidad del rock mexicano se despidió de uno de sus más grandes íconos, Javier Bátiz. El guitarrista, reconocido por su talento y su profunda influencia en la música, fue enterrado en el panteón “Monte de los Olivos”, junto a sus padres, tal como él lo había deseado. La ceremonia, que se realizó entre flores, música, y el acompañamiento de familiares y amigos cercanos, marcó el final de una era, pero también el inicio de la preservación de su legado.

El recorrido por los lugares más emblemáticos de su carrera fue un momento emotivo antes de su descanso final. Tras ser velado en la funeraria Hernández, los restos de Bátiz fueron llevados en caravana por sitios clave de su carrera, como la Casa de la Cultura y el Parque Teniente Guerrero, lugares que vieron nacer su pasión por la música. Fue en esos espacios donde muchos de los presentes recordaron anécdotas y momentos que el músico había compartido con ellos a lo largo de los años.

Durante la ceremonia en el panteón, las emociones afloraron cuando algunos de sus alumnos tomaron la palabra y el escenario. Al ritmo de canciones emblemáticas de Bátiz, las lágrimas se mezclaron con la música y el recuerdo de una vida dedicada al arte. Claudia Madrid, su esposa, expresó con fuerza que el legado de Javier perdurará. "Su legado continúa, hay mucho que hacer, muchas canciones que quedaron inconclusas y las vamos a sacar, hay libros, documentales, vienen otros homenajes", dijo, destacando el compromiso de mantener vivo su recuerdo.

Javier Bátiz, quien padeció una larga enfermedad, sucumbió a un cáncer de próstata y tumores en su cabeza. Sin embargo, ese tiempo difícil permitió a Claudia y a él compartir momentos de cariño y despedida. La esposa del guitarrista relató con ternura el último intercambio con su amado: "Esa mañana, como siempre, me acostaba con él, le daba besitos y le dije 'I love you', a lo que él respondió 'I love you back'. ¿Qué más puedo pedir?", recordó entre lágrimas.

En la despedida, uno de los primeros amigos de Bátiz, Salvador García, conocido como “Bayoye” y baterista de la primera banda de Javier, “Los Tj’s”, llegó desde Las Vegas para rendir homenaje a su compañero. Con nostalgia, “Bayoye” expresó: “Lo voy a extrañar mucho. Todavía siento que estoy soñando, porque a mí sí me llegó hasta abajo. ¿Qué más puedo decir de un amigo, de un hermano?”.

Claudia Madrid, visiblemente tranquila pero con un dejo de tristeza, agradeció la cobertura de los medios y, al reflexionar sobre la vida de su esposo, reconoció que Javier ya ha pasado a la historia como una leyenda del rock. Sin embargo, también compartió sus temores sobre lo que vendrá. "Me siento tranquila, pero con un miedo horrible, porque empezar una vida después de perder a la persona con la que viviste 34 años es algo muy difícil", confesó.

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La despedida, que duró más de dos horas, culminó justo antes de las 16:30 horas, cuando los restos de Javier Bátiz fueron enterrados, cumpliendo su último deseo de descansar junto a sus padres. Con una carrera llena de éxitos, Javier fue descrito por sus amigos como una persona humilde, amorosa y fácil de querer. A pesar de su partida, su música y su legado seguirán inspirando a nuevas generaciones de músicos y seguidores del rock en México y el mundo.