En un movimiento que marca un precedente en la industria minorista de Estados Unidos, la jueza federal Adrienne Nelson, con sede en Portland, Oregón, ha decidido bloquear la propuesta de fusión entre las cadenas de supermercados Kroger y Albertsons. Esta operación, valorada en 24,600 millones de dólares, habría sido la más grande de su tipo en la historia del país.

El fallo de Nelson respalda las preocupaciones planteadas por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que argumentó que la adquisición de Albertsons por parte de Kroger podría debilitar significativamente la competencia en el sector de los supermercados. Este debilitamiento podría traducirse en precios más altos y menos opciones para los consumidores, un escenario que la FTC buscó prevenir al interponer su demanda. La jueza también destacó que, a pesar de las afirmaciones de ambas compañías, los supermercados no compiten directamente con gigantes minoristas como Walmart, Amazon y Costco, que operan en un espectro más amplio del mercado.

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Desde 2022, Kroger y Albertsons defendieron que la fusión les permitiría enfrentar con mayor eficacia a competidores no sindicalizados como Walmart y Amazon. Ambas empresas se comprometieron incluso a reducir precios en mil millones de dólares acumulados y a respetar los derechos de los trabajadores sindicalizados. Sin embargo, el fallo de Nelson desestima estas justificaciones, subrayando las particularidades del mercado de comestibles y las posibles consecuencias negativas para los empleados y consumidores.

La demanda de la FTC contó con el respaldo de nueve estados y el Distrito de Columbia, que también alertaron sobre el impacto adverso que la fusión podría tener en el poder de negociación de los trabajadores sindicalizados. Para intentar superar las barreras regulatorias, Kroger y Albertsons propusieron vender cerca de 600 tiendas a C&S Wholesale Grocers. Sin embargo, esta estrategia no fue suficiente para convencer a la jueza de permitir la transacción.

El caso refleja las tensiones entre grandes corporaciones y la administración de Joe Biden, que ha promovido una política antimonopolio más estricta para proteger a los consumidores de posibles alzas en los precios. Esta decisión judicial también pone de relieve el enfoque de la administración saliente hacia la regulación de mercados clave.

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Con la fusión ahora en suspenso, Kroger y Albertsons enfrentan un futuro incierto mientras intentan defender la legalidad de su acuerdo. Las audiencias previas incluyeron testimonios de altos ejecutivos y expertos económicos, pero el veredicto de la jueza Nelson deja claro que las preocupaciones sobre la competencia y el impacto en los consumidores pesan más que los argumentos presentados por las compañías.

Anunciada por primera vez en octubre de 2022, la fusión ha generado un amplio debate sobre el equilibrio entre crecimiento corporativo y protección de los derechos de los consumidores y trabajadores, un tema que continuará siendo central en la regulación del sector minorista en Estados Unidos.