El descubrimiento de la evolución marcó un punto de inflexión en nuestra comprensión del mundo natural. Aunque la idea de que los organismos podían cambiar a lo largo del tiempo no era completamente nueva, fue el naturalista británico Charles Darwin quien, en el siglo XIX, revolucionó esta noción al proponer la teoría de la selección natural como el mecanismo central de la evolución.

Darwin publicó sus hallazgos en El origen de las especies (1859), donde presentó evidencia de que todas las formas de vida comparten ancestros comunes y que las especies evolucionan a través de procesos naturales. Su teoría se basó en observaciones realizadas durante su viaje en el HMS Beagle, especialmente en las Islas Galápagos, donde notó cómo las especies de pinzones tenían adaptaciones específicas a su entorno.

24 de noviembre se celebra el Día de la Evolución y, en España e Iberoamérica, el Día del Orgullo Primate. Coincide con 2 acontecimientos: la publicación del origen de las especies (1859) y el hallazgo del esqueleto de una pequeña primate, clave para entender la evolución humana. pic.twitter.com/gQFJB3nt0i

— Literamus (@Literamus) November 24, 2024

Aunque Darwin es el nombre más asociado con esta idea, otros científicos también desempeñaron roles importantes. Alfred Russel Wallace llegó de manera independiente a conclusiones similares, lo que llevó a ambos a presentar conjuntamente sus ideas en 1858.

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Hoy en día, la teoría de la evolución está respaldada por una abrumadora cantidad de evidencia de campos como la genética, la paleontología y la biología molecular. Este descubrimiento no solo transformó la biología, sino que también influyó en disciplinas como la antropología, la medicina y la ecología, cambiando para siempre nuestra percepción del lugar que ocupamos en el mundo.