Los días 1 y 2 de noviembre son fechas especiales en México, marcadas por una celebración que honra a quienes ya no están físicamente, pero viven en la memoria de sus seres queridos. Este Día de Muertos, Mexicali se llena de color, música, recuerdos y emotivas reuniones familiares en sus diferentes panteones, siendo el día 2 cuando la afluencia alcanza su máximo.

La tradición congrega a familias y amigos en los cementerios de la ciudad, donde se reúnen para rendir homenaje y pasar tiempo con los recuerdos de sus seres queridos. Con altares decorados con flores de cempasúchil, velas, fotos, y en muchos casos acompañados de comida y bebida, los visitantes comparten anécdotas, risas y lágrimas en un ambiente que combina la nostalgia con la celebración de la vida.

En el Panteón Municipal Número 1, uno de los más concurridos de la capital, el ambiente se vistió de fiesta. Entre las asistentes, María Eva Contreras García, de 85 años, relató su experiencia: “Vengo a visitar a mi esposo y a mis cinco hijos. Los recuerdo con mucho amor, nunca se me olvidan, ni se me van a olvidar. Cada Día de Muertos venimos a visitarlos, y me acompañan mi hija, mi yerno y mis nietos”.

Para María Eva, como para muchas familias, este día representa una oportunidad única para mantener vivas las enseñanzas y recuerdos de quienes ya no están, y al mismo tiempo transmitir a las nuevas generaciones el valor de esta tradición.

Norma Soriano, otra de las visitantes, explicó que cada año acude a rendir homenaje a su madre, abuelos, una prima y dos tíos. “El Día de Difuntos venimos a visitarlos, es una tradición que nos dejó nuestra abuela Josefina desde hace muchos años. Venimos a rezar, a traer un rosario y al finalizar otro rosario. Además, traemos flores y, si hay algún trío o guitarrista, les cantamos las canciones que más les gustaban”, señaló.

La celebración del Día de Muertos en Mexicali, al igual que en el resto del país, no solo es un acto de recuerdo, sino de cariño y respeto por quienes marcaron la vida de sus seres queridos. La música, los sabores y las oraciones que llenan los panteones estos días son muestra de una cultura que se resiste a olvidar a los que han partido y, en cambio, los mantiene vivos a través de la memoria colectiva y el amor familiar.

Con estas actividades, los habitantes de Mexicali no solo rinden homenaje, sino que fortalecen un lazo especial con sus antepasados y perpetúan una de las tradiciones más emblemáticas de la cultura mexicana.