El sistema penitenciario en México enfrenta grandes retos, especialmente en la atención a las mujeres privadas de la libertad, quienes se ven afectadas por problemas de sobrepoblación, violencia de género y acceso limitado a servicios básicos.

 Según el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, actualmente hay 232,829 personas en prisión en el país, de las cuales 13,297 son mujeres. Estas personas están distribuidas en 285 centros penitenciarios, de los cuales 22 son femeniles y 90 mixtos.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha señalado que el sistema penitenciario está diseñado principalmente para hombres, lo que agrava la situación de las mujeres en prisión. Rebeca Peralta, diputada del Congreso de la CDMX, informó recientemente sobre un incremento alarmante en el número de mujeres privadas de la libertad sin sentencia en los centros de reclusión de la capital.

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 En 2020, 556 mujeres estaban en esta situación; para 2023, el número subió a 591, y en 2024, en tan solo siete meses y medio, ya se contabilizan 661, lo que representa un aumento del 19% en apenas 228 días. En contraste, la población masculina en espera de sentencia ha disminuido, lo que, según Peralta, revela una falta de interés de los jueces en atender los casos de las mujeres.

La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) muestra que aproximadamente el 43% de las mujeres cumplen condenas por delitos relacionados con drogas, en su mayoría de bajo nivel, y muchas de ellas provienen de contextos de vulnerabilidad socioeconómica. Además, la CNDH destaca que estas mujeres tienen un acceso limitado a productos de higiene personal, servicios médicos especializados y recursos de salud mental, factores que agravan su situación y generan impactos psicológicos adversos.

Para atender estas necesidades, han surgido iniciativas como “Sin Miedo al Éxito”, liderada por Naomi Méndez, que ofrece charlas sobre salud mental y apoyo emocional a mujeres privadas de la libertad, ayudándolas a redescubrir su valor y fortaleza interior. Mañana se presentará más a fondo su proyecto, incluyendo su experiencia en el Centro Penitenciario y de Reclusión Social de Chalco, en colaboración con La Cana, una organización comprometida con la reinserción social.

Con información de Periodic.