En México, la memoria de los seres queridos fallecidos nunca se desvanece, y el Día de Muertos es una celebración que mantiene viva su presencia entre familiares y amigos. Este 1 de noviembre, conocido como el Día de Todos los Santos, se rinde un tributo especial a aquellos que partieron siendo niños y jóvenes, en un acto lleno de color y simbolismo.

Desde temprano, los panteones de Tijuana, como el emblemático Santa Gema en el Cañón de las Rosas, se llenaron de visitantes que, con flores de cempasúchil, veladoras y el inconfundible aroma del incienso, transformaron el lugar en un sitio de homenaje y reflexión. Este espacio, lleno de significado en la cultura mexicana, recibe cada año a familias que llegan con recuerdos y ofrendas, incluyendo comida, fotografías y hasta música, elementos que invitan a un reencuentro con quienes ya no están.

Las familias preparan altares decorados con pan de muerto, calaveritas de azúcar y platillos que solían ser los favoritos de sus seres queridos, convirtiendo la ocasión en una celebración tan emotiva como visual. Las tumbas y los altares, engalanados con símbolos de amor y añoranza, crean un paisaje único que refuerza la identidad y las tradiciones mexicanas.

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Para atender la gran afluencia que se espera en los 14 panteones municipales de Tijuana, el titular de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, Josué Octavio Gutiérrez Márquez, anunció que los cementerios permanecerán abiertos en un horario especial de 08:00 a 18:00 horas los días 1 y 2 de noviembre. Se estima que hasta 140 mil personas visitarán estos recintos en los próximos dos días, una cifra que refleja la importancia de esta fecha para la comunidad.

Este Día de Muertos, los panteones de Tijuana no solo son un lugar de descanso, sino también un espacio de conexión, donde se demuestra que el amor y el recuerdo trascienden cualquier frontera.