Durante la mañanera de este viernes 27 de septiembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha acusado al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de faltar al respeto a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, al insinuar que su decisión de no invitar al rey Felipe VI a su toma de protesta, programada para el 1 de octubre, fue influenciada por él. El mandatario defendió la autonomía de Sheinbaum, afirmando que la decisión de excluir al monarca español fue completamente suya y no resultado de ninguna manipulación.

AMLO destacó que el hecho de que Sánchez sugiriera que la ausencia del rey era una “cuestión política” y que, además, insinuara que Sheinbaum podría ser manipulada, constituye una falta de respeto. Reiteró su apoyo incondicional a la presidenta electa, subrayando que esta decisión se tomó en respuesta a la falta de respuesta de la Corona española a una carta que el mandatario mexicano envió en 2019, en la que exigía una disculpa por los abusos cometidos durante la Conquista.

Pedro Sánchez, por su parte, calificó como “absolutamente inaceptable” la exclusión del rey de la ceremonia de investidura y anunció que ningún miembro de su administración asistiría al evento. Además, se confirmó que el Ministerio de Exteriores de España había convocado al embajador mexicano en Madrid para expresar su queja formal sobre la situación.

La canciller mexicana, Alicia Bárcena, también se pronunció sobre el tema, señalando que México esperaba una “ceremonia de desagravios” en la que la Corona española reconociera los agravios históricos hacia las comunidades originarias.

El presidente hizo un llamado a la reflexión, instando a que antes de emitir opiniones, se considere el contexto de transformación que vive México, el cual, según él, es una “revolución pacífica”.