La historia del bordado en México es rica y diversa, con raíces que se extienden a tiempos prehispánicos. A lo largo de los siglos, el bordado ha evolucionado, integrando influencias indígenas, coloniales y modernas, convirtiéndose en una expresión importante de la identidad cultural mexicana.

Periodo Prehispánico

Antes de la llegada de los españoles, las culturas indígenas de México, como los aztecas, mayas y mixtecos, ya practicaban el bordado. Utilizaban materiales naturales como el algodón y fibras de maguey para crear textiles decorados con intrincados diseños geométricos y simbólicos. Estos textiles eran usados en vestimentas ceremoniales y cotidianas, reflejando la cosmovisión y mitología de estas culturas.

Periodo Colonial

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, se introdujeron nuevas técnicas, materiales y motivos en el bordado mexicano. Los colonizadores trajeron hilos de seda, lana y lino, así como técnicas europeas como el bordado en oro y plata. Las mujeres indígenas aprendieron estas nuevas técnicas y las fusionaron con sus propios estilos, creando una rica amalgama de influencias. Durante este periodo, el bordado también se utilizó en ornamentos religiosos y vestimentas litúrgicas, con motivos cristianos que se mezclaban con símbolos indígenas.

La colección de rebozos del Museo Franz Mayer, la mayoría elaborados entre los siglos XVIII y XIX.

Siglo XIX y XX

En el siglo XIX, el bordado mexicano comenzó a ganar reconocimiento internacional. Las regiones de Oaxaca, Chiapas, Puebla y el Estado de México se destacaron por sus estilos únicos. Cada región desarrolló patrones y técnicas distintivas. Por ejemplo, el bordado de Tenango en Hidalgo se caracteriza por sus coloridos animales y flores estilizadas, mientras que en Chiapas, el bordado tzotzil incluye figuras geométricas y patrones simbólicos.

Bordado Chiapaneco I Foto: Adrián Fortino

En el siglo XX, el bordado siguió evolucionando, influenciado por movimientos artísticos y sociales. La Revolución Mexicana y el movimiento muralista inspiraron a los bordadores a incorporar temas patrióticos y sociales en sus trabajos. Además, la popularidad de las artesanías mexicanas creció, promovida por figuras como Frida Kahlo, quien a menudo vestía trajes tradicionales con bordados indígenas.

Bordado Contemporáneo

Hoy en día, el bordado sigue siendo una parte vital de la cultura mexicana. Se utiliza en una amplia gama de productos, desde ropa y accesorios hasta arte decorativo. Las técnicas tradicionales se han mantenido vivas gracias a los esfuerzos de artesanos y colectivos que buscan preservar y promover estas habilidades. Al mismo tiempo, el bordado mexicano ha encontrado un lugar en la moda contemporánea, con diseñadores que incorporan elementos tradicionales en sus colecciones.

Significado Cultural

El bordado en México no es solo una forma de arte, sino también un medio de comunicación y resistencia cultural. A través de sus diseños y motivos, los bordadores cuentan historias, preservan tradiciones y expresan su identidad. En muchas comunidades, el bordado es una actividad comunitaria que une a las generaciones y fortalece los lazos sociales.