El Síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca las glándulas que producen lágrimas y saliva, así como otros tejidos. Este ataque provoca sequedad en la boca y los ojos, y puede afectar otros órganos y sistemas del cuerpo.

Características principales:

1. Xerostomía (boca seca): Debido a la disfunción de las glándulas salivales, los pacientes experimentan una disminución en la producción de saliva, lo que causa sequedad en la boca.
2. Xeroftalmia (ojos secos): Las glándulas lacrimales también se ven afectadas, resultando en una disminución de la producción de lágrimas y sequedad ocular.
3. Síntomas extraglandulares: Además de las glándulas salivales y lacrimales, otros órganos pueden verse afectados, incluyendo la piel, articulaciones, riñones, pulmones, hígado, páncreas y el sistema nervioso.

Síntomas:

• Sequedad en la boca y dificultad para tragar.
• Sensación de arenilla o quemazón en los ojos.
• Fatiga y dolor en las articulaciones.
• Inflamación de las glándulas salivales.
• Sequedad de la piel, nariz y garganta.
• Problemas digestivos.
• Dolor muscular.
• Síntomas neurológicos, como neuropatía periférica.

Diagnóstico:

El diagnóstico del Síndrome de Sjögren puede incluir una combinación de exámenes clínicos, análisis de sangre para detectar la presencia de autoanticuerpos, pruebas de producción de lágrimas (prueba de Schirmer) y biopsias de las glándulas salivales.

Tratamiento:

No existe una cura para el Síndrome de Sjögren, pero los tratamientos se centran en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

• Lágrimas artificiales y saliva artificial para aliviar la sequedad ocular y bucal.
• Medicamentos estimulantes de la saliva, como la pilocarpina.
• Anti-inflamatorios y medicamentos inmunosupresores para controlar la inflamación y la respuesta autoinmune.
• Terapias para tratar síntomas específicos, como el dolor articular o las complicaciones neurológicas.

Pronóstico:

El pronóstico para las personas con el Síndrome de Sjögren varía. Aunque muchos pueden llevar una vida normal con síntomas manejables, algunos pueden experimentar complicaciones serias como infecciones recurrentes, problemas dentales severos o enfermedades autoinmunes adicionales. El seguimiento médico regular y un manejo adecuado de los síntomas son esenciales para mantener la calidad de vida.