Una declaración de hoy del presidente López Obrador subraya la peligrosa tendencia hacia la descalificación de quienes, desde su posición en el poder judicial o, desde los medios y la ciudadanía, pueden emitir fallos o cuestionamientos que no sean del agrado del Ejecutivo.

En una democracia, la relación debe ser clara: los gobernantes deben estar abiertos a la crítica, con vigilancia y supervisión de la ciudadanía, no al revés. Es la ciudadanía la que debe tutelar el pensamiento y acciones de los representantes en el gobierno. Solo así se puede asegurar una administración pública transparente, justa y equitativa.

Hoy en Feeling.Mx nos interesamos en este reciente episodio de la producción mañanera del presidente, donde sugirió, que si los jueces no quieren enfrentar los riesgos inherentes a su profesión, deberían dedicarse a otra cosa. «Si hay amenaza, pide que te cambien, pide que te protejan. ¿No quieres riesgo? Dedícate a otra cosa», señaló el mandatario.

Esta afirmación nos lleva a reflexionar sobre la relación entre gobernantes y ciudadanos; sobre quién debe cuestionar a quién en una democracia.

Los Gobernantes y la Responsabilidad del Poder

Los gobernantes, por definición, son servidores públicos. Su rol es administrar los recursos del Estado y garantizar la seguridad, bienestar y justicia para todos los ciudadanos. En este contexto, es esencial que los gobernantes sean cuestionados y vigilados por la ciudadanía. La crítica y la vigilancia ciudadana son pilares fundamentales de cualquier democracia saludable. Es a través de estos mecanismos que se pueden evitar abusos de poder, corrupción y desvíos en las políticas públicas.

La Protección a los Funcionarios Públicos

Es irónico que el presidente sugiera que los jueces deben aceptar los riesgos de su profesión o dedicarse a otra cosa, cuando él mismo ha implementado excesivas medidas de seguridad para su propia protección.

La colocación de estructuras de acero alrededor de su residencia actual, el inaccesible palacio nacional, es un ejemplo claro de ello. Además de la vigilancia excesiva en el perímetro con las fuerzas armadas. Lo que pone de manifiesto una contradicción: si la máxima autoridad del país siente la necesidad de protegerse, ¿por qué no deberían los jueces y otros funcionarios públicos tener derecho a sentirse seguros en el ejercicio de sus funciones?

El Papel de los Ciudadanos

La ciudadanía tiene el derecho -y el deber- de ser crítica con el gobierno. En una democracia, los ciudadanos deben cuestionar, exigir transparencia y rendición de cuentas. Este rol crítico es esencial para asegurar que los gobernantes actúen en beneficio del interés público y no de intereses personales. La crítica constructiva y el activismo ciudadano son fuerzas motoras que impulsan mejoras en las políticas públicas y en la administración del Estado.

¿Un poder contra otro poder?

La declaración del presidente López Obrador, que siempre habla del poder del pueblo, subraya una peligrosa tendencia hacia la descalificación de quienes, desde su posición en el poder judicial, pueden emitir fallos que no sean del agrado del Ejecutivo. Los funcionarios públicos, incluyendo jueces, tienen derecho a trabajar en un ambiente seguro y libre de amenazas.

Al mismo tiempo, los ciudadanos deben mantener su papel vigilante y crítico para garantizar que sus representantes actúen de manera ética y responsable. Es su derecho. Los funcionarios públicos, incluyendo jueces, tienen derecho a trabajar en un ambiente seguro y libre de amenazas. Por eso es importante la separación de poderes y los ciudadanos, deben mantener su papel vigilante y crítico para garantizar que los tres poderes actúen de manera ética y responsable.

México demanda un poder judicial fuerte, independiente y autónomo.

Un poder judicial, responsable y profesional que pueda garantizar el ejercicio de nuestros derechos. pic.twitter.com/W0KmVMT59j

— Norma Piña (@NormaPinaH) July 18, 2024