Este viernes, la justicia estadounidense anuló el juicio por homicidio involuntario contra Alec Baldwin, citando la supresión de evidencias como la razón principal en un sorprendente giro del proceso. Baldwin, de 66 años, enfrentaba cargos por la muerte de la directora de fotografía Halyna Hutchins, ocurrida en octubre de 2021 durante un ensayo de la película "Rust". Hutchins falleció debido a un disparo letal proveniente del arma que Baldwin utilizaba en la producción.

Los abogados de Baldwin presentaron la noche del jueves una moción para anular el juicio, argumentando que el Estado ocultó un set de balas entregadas a las autoridades más de dos años después del caso, una evidencia potencialmente clave para esclarecer las responsabilidades en la muerte de Hutchins. Tras un dramático viernes de interrogatorios, la jueza Mary Marlowe Sommer concedió la moción.

"La retención voluntaria de esta información por parte del Estado fue intencionada y deliberada", declaró Sommer. "Si esta conducta no alcanza el nivel de mala fe, ciertamente se acerca tanto a la mala fe como para mostrar indicios de un perjuicio flagrante". Sommer agregó que la violación del Estado introdujo un retraso innecesario e incurable en el juicio.

El jueves, Alex Spiro, uno de los abogados de Baldwin, interrogó a la perita forense Marissa Poppell, quien confirmó haber recibido el set de balas de manos de un expolicía y haberlas clasificado fuera del expediente del caso, sin remitirlas al FBI para exámenes. Poppell sostuvo que las balas no correspondían con la munición real encontrada en el set de "Rust".

Durante la moción del viernes, Poppell fue llamada de vuelta a la corte con las balas para ser examinadas por la jueza Sommer, la Fiscalía y la defensa, que pidió incluirlas como evidencia del caso. La defensa de Baldwin argumentó que la policía no investigó exhaustivamente el caso y se apresuró en centrarse en Baldwin.

El abogado Spiro afirmó que los investigadores "enterraron" evidencias al no presentar el set de balas, sugiriendo que la destrucción del arma y la supresión de evidencias fueron intencionales para perjudicar a su cliente. Baldwin, visiblemente afectado, observaba la discusión con rostro tenso y de brazos cruzados, acompañado por su esposa Hilaria y sus hermanos Stephen y Beth.

Tras la anulación, Baldwin rompió en llanto y abrazó a sus familiares. La investigación del caso nunca precisó cómo las balas reales entraron en el set de rodaje, algo prohibido bajo los estándares de la industria. Hannah Gutierrez, la armera de la cinta, fue enjuiciada y declarada culpable, recibiendo una pena de 18 meses de cárcel.

La jueza Marlowe Sommer desestimó el caso con prejuicio, basándose en la mala conducta de la policía y los fiscales por la retención de pruebas a la defensa. Baldwin, quien podría haber recibido 18 meses de prisión, salió de la corte de Santa Fe, Nuevo México, acompañado de su familia sin dar declaraciones a la prensa.

La fiscal Kari Morrissey dijo respetar la decisión de la magistrada, aunque no estaba de acuerdo con ella. Baldwin ensayaba una escena en la que sostenía un revólver Colt .45 cuando salió disparada una munición real que mató a Hutchins. Las balas reales están prohibidas en los sets.