La situación actual de la exitosa plataforma informativa Latinus y el evidente acoso al que ha sido sometida por el gobierno, nos lleva a reflexionar hoy, desde Feeling.Mx, sobre la responsabilidad del presidente en este contexto. Sin duda, el presidente es el principal responsable de esta campaña de hostigamiento, pero también es fundamental entender el entorno en el que este acoso se desarrolla y cómo contribuye a su perpetuación.

La Responsabilidad Presidencial

El presidente, como máximo líder del poder ejecutivo, tiene un papel vital en la configuración del clima político y mediático del país. Su retórica y acciones envían señales claras sobre lo que se tolera y lo que no. En este caso, la hostilidad -hacia Latinus.us– parece ser un reflejo directo de sus críticas a la administración actual y su disposición a exponer y denunciar aspectos cuestionables del gobierno. La presión ejercida sobre este medio no solo busca silenciarlo, sino también disuadir a otros de seguir su ejemplo.

El Contexto Mediático

El ambiente mediático actual juega un papel significativo en este acoso. Buena parte de los medios de comunicación y sus comentaristas no han expresado su rechazo a la aversión oficial, lo que en cierta medida facilita la ofensiva en contra de Latinus. La falta de una postura firme y unánime en defensa de la libertad de prensa crea un vacío que el poder puede aprovechar para imponer su narrativa sin mayores resistencias.

Esta falta de solidaridad y apoyo entre medios no solo debilita a Latinus, sino también envía un mensaje de vulnerabilidad a cualquier otro medio que considere desafiar al gobierno. La autocensura se convierte en una opción más segura frente a la posibilidad de enfrentar consecuencias similares.

El Control Presidencial

El gobierno federal eligió al mensajero para esparcir la amenaza contra @CarlosLoret, @V_TrujilloM y @latinus_us y medir la reacción. Para ello usó su estructura digital y sus farsantes que, como Álvaro Delgado (@alvaro_delgado) la dieron por hecho y hasta se pusieron de ejemplo…

— Marco Levario Turcott (@Arouet_V) June 24, 2024

El control total que el presidente ejerce sobre todas las áreas de la administración es otro aspecto que no debe pasarse por alto. Si no se mueve ni una coma en sus deseos legislativos, tampoco se mueve una hoja del árbol de la corrupción del gobierno sin su consentimiento. Esta centralización del poder y la toma de decisiones refleja una estructura de gobierno en la que el disenso no es bienvenido y las voces críticas son sistemáticamente silenciadas.

El acoso a Latinus es un síntoma de un problema más profundo: la erosión de la democracia y el debilitamiento de las instituciones que deberían garantizar la transparencia y la rendición de cuentas. En lugar de fomentar un ambiente de diálogo y debate abierto, se opta por la intimidación y el control absoluto, lo que solo puede llevar a un mayor deterioro del estado de derecho.

Es indispensable que los medios de comunicación y la sociedad en general se unan en defensa de la libertad expresión y de prensa. El silencio y la indiferencia solo fortalecen a quienes buscan acallar las voces disidentes. Latinus no debe ser visto como un caso aislado, sino como una advertencia de lo que puede suceder cuando el poder se ejerce sin límites y sin contrapesos.

El presidente es el responsable directo del acoso a Latinus, pero es el contexto permisivo y la falta de una oposición decidida lo que permite que este tipo de acciones prosperen. Es hora de que los medios se solidaricen y defiendan su derecho a informar y criticar sin miedo a represalias. Solo así se podrá preservar la libertad y la democracia en nuestro país.

Nota: Ahora todos sabemos quién es el presidente, no es ni necesario nombrarlo.