El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra cada año el 17 de junio, una fecha que fue designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994. Esta jornada se instauró para concienciar a la comunidad internacional sobre la importancia de abordar los problemas relacionados con la desertificación y la sequía, que afectan gravemente a millones de personas en todo el mundo.

Origen y Contexto

La desertificación es un proceso de degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, entre los que se incluyen las variaciones climáticas y las actividades humanas. La sequía, por su parte, es un fenómeno natural caracterizado por una escasez temporal de agua en comparación con los niveles normales de precipitación en una región.

La preocupación por estos problemas no es nueva. Desde la década de 1970, la comunidad internacional ha venido reconociendo la necesidad de tomar medidas contra la desertificación. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación, celebrada en Nairobi en 1977, fue uno de los primeros esfuerzos globales para enfrentar este desafío. Sin embargo, la situación continuó deteriorándose, lo que llevó a la creación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en 1994, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra) de 1992 en Río de Janeiro.

Objetivos del Día Mundial

El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía busca:

Concienciar y Sensibilizar: Informar a la opinión pública sobre los riesgos de la desertificación y la sequía y sus impactos en la vida de las personas, el medio ambiente y las economías.

Promover Políticas y Acciones: Fomentar la implementación de políticas y medidas efectivas a nivel local, nacional e internacional para prevenir y mitigar estos fenómenos.

Fomentar la Participación: Involucrar a todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos hasta las comunidades locales, en la lucha contra la desertificación y la sequía.

Difundir Buenas Prácticas: Compartir experiencias y soluciones exitosas que se hayan aplicado en distintas partes del mundo para hacer frente a estos problemas.

Impacto y Relevancia

A lo largo de los años, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía ha servido como una plataforma clave para destacar las consecuencias devastadoras de la desertificación y la sequía. Estos fenómenos no solo contribuyen a la pérdida de tierras fértiles y recursos hídricos, sino que también agravan problemas como la pobreza, el hambre y los conflictos por recursos.

La celebración de este día enfatiza la necesidad urgente de una acción colectiva y sostenida para garantizar la salud de nuestros ecosistemas y la seguridad de las futuras generaciones. Con iniciativas globales, colaboración intergubernamental y el compromiso de todos los sectores de la sociedad, es posible abordar eficazmente los desafíos de la desertificación y la sequía.

El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía no solo recuerda a la humanidad la gravedad de estos problemas ambientales, sino que también inspira y motiva a la acción concertada para preservar nuestro planeta.