La reciente declaración de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, calificando como «histórico» el resultado de la última elección, contrasta de manera alarmante con las cifras de participación electoral. Con una participación de apenas el 48.72%, Baja California se ubicó como la entidad con la peor asistencia a las urnas a nivel nacional. Este dato no es motivo de celebración, sino de profunda preocupación.

El domingo comenzó una nueva etapa para Baja California y México; una donde todas y todos nos sentimos orgullosos de tener a la primera presidenta de la historia, Claudia Sheinbaum Pardo.

Gracias a su rotunda victoria, se va a normalizar que las mujeres lleguen a la presidencia… pic.twitter.com/gV8RCsnhzS

— Marina del Pilar (@MarinadelPilar) June 5, 2024

En un contexto democrático, la baja participación electoral es un síntoma grave. Refleja desencanto, apatía y desconfianza hacia el sistema político. Cuando menos de la mitad de los ciudadanos ejerce su derecho al voto, se pone en entredicho la legitimidad de los resultados y, por ende, la representatividad del gobierno electo. La baja participación de Baja California no solo es un dato estadístico, es una señal de alarma sobre el estado de nuestra democracia.

Es indispensable analizar las causas detrás de este fenómeno. ¿Qué factores están desincentivando a los ciudadanos a participar en el proceso electoral? Podría ser una falta de confianza en los candidatos, desinterés en las políticas públicas, o incluso barreras prácticas que dificultan el acceso al voto. Sea cual sea la razón, es responsabilidad de las autoridades y de la sociedad en su conjunto abordar y resolver estos problemas.

Comparando con otros estados, Yucatán, Tlaxcala y la Ciudad de México lograron niveles de participación superiores al 70%, lo que demuestra que es posible motivar a la ciudadanía a involucrarse activamente en la democracia. Estos estados deben servir de ejemplo y sus estrategias exitosas deben ser analizadas e implementadas en lugares con baja participación.

La gobernadora Marina del Pilar y su administración tienen ahora el desafío de enfrentar este problema de manera directa. Es importante que se implementen campañas de concientización y programas educativos que resalten la importancia del voto. Además, se deben eliminar las barreras que puedan estar impidiendo la participación de ciertos grupos de la población.

La democracia es más que un sistema de gobierno; es un proceso dinámico que requiere la participación activa y constante de sus ciudadanos. No podemos darnos el lujo de caer en la complacencia o ignorar las señales de desgaste democrático. La baja participación en Baja California debe ser un catalizador para el cambio, un llamado a la acción para revitalizar nuestra democracia y asegurarnos de que todos los ciudadanos se sientan representados y escuchados.

Apenas el miércoles la gobernadora @MarinadelPilar calificaba como histórico el resultado de la elección y agradecía la votación de la población.

Lo que no sabía es que #BajaCalifornia se ubicó como la Entidad con la peor participación a nivel nacional y eso no se debe presumir. pic.twitter.com/KvwMFqHgFl

— 𝐀𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐍𝐢𝐞𝐛𝐥𝐚𝐬 (@ArmandoNieblas) June 6, 2024

En lugar de presumir resultados históricos, debemos enfocarnos en construir una democracia robusta y participativa. Solo así podremos garantizar un futuro donde cada voto cuente y cada voz sea escuchada.