La autora Joanne K. Rowling, reconocida por su obra popular, la saga de Harry Potter, ha vuelto a avivar la controversia en torno a la comunidad transgénero del Reino Unido. Esta vez, el foco de su descontento se centra en la recién implementada Ley de Delitos de Odio y Orden Público de Escocia, que entró en vigor el pasado lunes primero de abril.

La escritora británica expresó su oposición a esta nueva legislación, argumentando que privilegia a las personas transgénero, a las que ella se refiere como hombres, en detrimento de los derechos y valores de las mujeres y niñas que considera "reales". Su desafío a la ley no se hizo esperar, manifestándose en las redes sociales con un mensaje contundente.

"La libertad de expresión y de creencias llega a su fin en Escocia si la descripción precisa del sexo biológico se considera criminal", afirmó Rowling en sus redes sociales. Además, hizo referencia a casos penales polémicos relacionados con personas transgénero, como el de Isla Bryson y Andrew Miller, para respaldar su postura.

Scotland's Hate Crime Act comes into effect today. Women gain no additional protections, of course, but well-known trans activist Beth Douglas, darling of prominent Scottish politicians, falls within a protected category. Phew! 1/11 pic.twitter.com/gCKGwdjr5m

— J.K. Rowling (@jk_rowling) April 1, 2024

La nueva ley escocesa establece sanciones de hasta siete años de prisión para aquellos que inciten al odio basado en diversas características, incluida la identidad transgénero. Sin embargo, Rowling cuestiona la protección que brinda esta ley y teme por el futuro de la libertad de expresión.

A pesar de las críticas, el gobierno escocés ha defendido la ley como un paso necesario para combatir el creciente odio en la sociedad. La ministra de Seguridad para las Víctimas y la Comunidad de Escocia, Siobhian Brown, indicó que, aunque el uso incorrecto de pronombres para personas trans no constituye un delito de odio, la policía podría investigar las expresiones de Rowling.