Durante la misa de este Domingo de Ramos en el Vaticano, el Papa Francisco tomó una decisión inesperada al omitir la homilía que estaba programada para el servicio religioso que marca el inicio de la Semana Santa. Este gesto, poco común en la práctica católica, sorprendió a los fieles presentes en la plaza de San Pedro.

La homilía, un momento importante en la liturgia católica en el que el Papa explica y reflexiona sobre las escrituras, fue sustituida por un momento de silencio y oración. Aunque no se han proporcionado razones explícitas por parte de las autoridades del Vaticano, se especula que la decisión estuvo relacionada con la salud cada vez más frágil del Pontífice.

Este Domingo de Ramos, la plaza de San Pedro se llenó de fieles que participaron en la ceremonia, a pesar de la ausencia de la homilía papal. Las ramas de olivo y palmas adornaron el lugar, recordando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, mientras los creyentes se preparan espiritualmente para la celebración de la Pascua.

En las últimas semanas, el Papa Francisco ha enfrentado varios problemas de salud, incluidos episodios de gripe, bronquitis y resfriados. Estas dificultades han llevado al Papa a delegar la lectura de discursos y homilías en colaboradores, como medida para preservar su energía y bienestar.

A pesar de la omisión de la homilía, el Papa participó activamente en la misa, pronunciando oraciones y realizando un llamado ferviente por la paz al final del servicio. Recordó a las víctimas de recientes actos violentos, como el atentado en Moscú, y expresó su solidaridad con las personas afectadas por conflictos en lugares como Ucrania y Gaza.

El Domingo de Ramos marca el inicio de una semana intensa, con una agenda que incluye visitas a prisiones, servicios religiosos y bendiciones a la comunidad católica en todo el mundo. A pesar de los desafíos de salud, el Pontífice continúa desempeñando su papel pastoral con dedicación y compromiso.