La escalada de violencia en Haití alcanza niveles críticos con el hallazgo de doce cadáveres en las calles de Petion-Ville, una localidad en las colinas de Puerto Príncipe. Este suceso ha desatado preocupación y desconcierto en la población, sumida en el terror generado por bandas armadas que controlan gran parte del área metropolitana. Las circunstancias del hallazgo aún no han sido esclarecidas, incluyendo la identidad de las víctimas, aunque no se descarta que se trate de miembros de bandas abatidos por la Policía Nacional haitiana.

Los cuerpos fueron descubiertos dispersos en plena vía, cerca de una zona dedicada al comercio informal. Mientras algunos residentes mencionan un tiroteo como causa de los fallecimientos, otros afirman que se trata de bandidos abatidos por las autoridades tras los recientes ataques que dejaron las cárceles del país vacías.

La violencia no se limita a un solo sector. En los últimos días, bandas armadas han atacado zonas residenciales y comerciales en Laboule y Thomassin, barrios acomodados de la capital. Casas y comercios han sido blanco de disparos indiscriminados, poniendo en peligro la vida de los habitantes y causando daños materiales significativos.

La empresa pública de electricidad, Electricite d’Haiti, también ha sido objeto de vandalismo por parte de los delincuentes. Cuatro subestaciones y la central de Varreux han sido destruidas, dejando a numerosas zonas metropolitanas sin suministro eléctrico. La empresa denuncia pérdidas millonarias y hace un llamado urgente a las autoridades para garantizar la seguridad de sus instalaciones.

Ante la creciente violencia, la embajada de Francia en Haití ha anunciado su cierre al público como medida preventiva. Además, el Gobierno haitiano ha extendido nuevamente el toque de queda en el departamento de Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe, y ha declarado el estado de emergencia.

En medio de esta crisis, se ha llegado a un acuerdo para la creación de un consejo presidencial de transición. El primer ministro haitiano, Ariel Henry, anunció su dimisión tras la implementación de este consejo, el cual deberá designar un nuevo líder y preparar el terreno para las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, el futuro de Haití sigue siendo incierto mientras la violencia continúa desestabilizando el país.