Este domingo, miles de médicos veteranos marcharon en Seúl, Corea en solidaridad con los médicos en prácticas, quienes han estado en huelga durante casi dos semanas en protesta por un plan del gobierno para aumentar drásticamente el número de matrículas en las facultades de medicina.

El gobierno ha anunciado su intención de tomar medidas para suspender las licencias médicas de casi 9 mil médicos residentes y en prácticas que desafían las órdenes de poner fin a sus paros, argumentando que estos paros han interrumpido gravemente la actividad hospitalaria.

Park Sung-min, miembro veterano de la Asociación de Médicos de Corea, declaró en la manifestación: “La absurda política médica del gobierno ha provocado una inmensa resistencia de los médicos en formación y estudiantes de medicina, y los médicos nos hemos unido. Le pido al gobierno: por favor, detengan las amenazas y la represión ahora”.

La protesta, que transcurrió pacíficamente, reunió a manifestantes que corearon lemas, cantaron y sostuvieron pancartas en contra del plan gubernamental. Sin embargo, no se registraron incidentes violentos durante la marcha.

Según el Ministerio de Salud, para el jueves pasado, casi 9 mil médicos residentes y en prácticas del país se ausentaron de sus puestos de trabajo en apoyo a la huelga. Estos médicos representan una parte significativa del personal médico en hospitales, lo que ha llevado a cancelaciones de cirugías y tratamientos médicos.

Los médicos en huelga argumentan que el aumento propuesto en el número de plazas en las facultades de medicina es imprudente y no aborda la falta crónica de médicos en especialidades esenciales y peor remuneradas. Mientras tanto, el gobierno insiste en que el aumento de plazas es necesario para hacer frente al rápido envejecimiento de la población y a la escasez de médicos en el país.

El primer ministro Han Duck-soo ha insinuado la posibilidad de suspender las licencias médicas de los galenos en huelga si persisten en su acción colectiva. Esta tensión entre el gobierno y los médicos en formación parece lejos de resolverse, y el impacto en el sistema de salud surcoreano continúa siendo una preocupación para ambas partes.