El Convenio de Minamata es un tratado internacional que busca proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos del mercurio. Recibe su nombre del desastre ocurrido en la ciudad de Minamata, Japón, en la década de 1950, donde la liberación descontrolada de mercurio por una planta química causó graves daños a la salud de la población local.

El mercurio es una sustancia altamente tóxica que puede causar efectos devastadores en la salud humana y en los ecosistemas. Puede afectar el sistema nervioso, causar daños cerebrales, trastornos del desarrollo neurológico en fetos y niños, así como tener impactos negativos en la vida acuática y la biodiversidad.

El Convenio de Minamata fue adoptado en octubre de 2013 en una conferencia diplomática en la ciudad de Kumamoto, Japón, y entró en vigor en agosto de 2017. Su objetivo principal es proteger la salud humana y el medio ambiente al abordar todas las etapas del ciclo de vida del mercurio, desde su extracción y producción hasta su liberación en el medio ambiente y su gestión como residuo.

El convenio establece medidas para reducir y, en la medida de lo posible, eliminar el uso de mercurio en una variedad de aplicaciones, promueve el control de emisiones y liberaciones de mercurio, y establece directrices para la gestión segura de residuos de mercurio. Además, fomenta la cooperación internacional en investigación, desarrollo de tecnologías alternativas y capacitación en el manejo adecuado del mercurio.

¿Qué sucedió en el desastre de Minamata?

El desastre de Minamata es uno de los casos más trágicos de contaminación industrial en la historia moderna. Sucedió en la década de 1950 en la ciudad de Minamata, ubicada en la prefectura de Kumamoto, en el sur de Japón. La tragedia comenzó cuando una planta química local, la Corporación Chisso, comenzó a liberar grandes cantidades de mercurio y compuestos orgánicos de mercurio en las aguas de la bahía de Minamata.

Esta liberación descontrolada de mercurio resultó en la contaminación generalizada de los ecosistemas acuáticos locales. El mercurio se bioacumuló en los organismos marinos, especialmente en los peces y mariscos, que formaban una parte importante de la dieta de la población local. Las personas que consumían estos productos marinos contaminados desarrollaron síntomas graves y progresivos de envenenamiento por mercurio.

Los síntomas del envenenamiento por mercurio incluían debilidad muscular, pérdida de coordinación, trastornos visuales, convulsiones, daño cerebral y, en casos extremos, la muerte. Las víctimas sufrían de una enfermedad neurológica devastadora que más tarde se denominó enfermedad de Minamata.

El desastre de Minamata no solo causó daños a la salud de la población local, sino que también tuvo un impacto significativo en la economía y la reputación de la ciudad. Las demandas legales contra la Corporación Chisso se prolongaron durante años, y se establecieron fondos de compensación para las víctimas y sus familias.