Los residentes de Tijuana, especialmente aquellos cercanos a la estación de gas Baja Gas & Oil, ubicada en el cruce de 5 y 10, manifestaron su creciente preocupación por los riesgos asociados a la operación de esta planta. La inquietud surge a raíz de la historia de accidentes en plantas de gas en México, como los ocurridos en Guadalajara en 1993 y San Juan Ixhuatepec en 1984, que resultaron en una considerable pérdida de vidas y daños materiales.

En los últimos años, ha habido incidentes menores, como una fuga de gas que obligó a la evacuación del fraccionamiento La Mesa, aún fresca en la memoria de los residentes locales. El Gobierno Federal emitió un decreto en 1989 para reubicar este tipo de instalaciones fuera de las áreas urbanas, pero la reubicación ha sido frenada mediante estrategias legales y burocráticas.

Juan José Rangel Trujillo, delegado municipal de La Mesa, informó que los ciudadanos de los fraccionamientos Las Palmas y Moreno han expresado su temor ante la posibilidad de una explosión. La zona alrededor de la planta es altamente transitada, con más de 50 mil personas pasando diariamente. Incluso, en el pasado, se han instalado mesas de trabajo con la empresa, la Secretaría de Gobierno, y la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez para discutir medidas de seguridad y un posible plan de reubicación.

Rafael Carrillo Venegas, director de Bomberos Tijuana, señaló que aunque las gaseras cuentan con un perímetro de seguridad inicial, la expansión urbana ha reducido estos límites, aumentando el riesgo. Se ha planteado la necesidad de un proceso legal y detallado para abordar esta situación que ha sido una preocupación constante durante las últimas dos décadas.

El pasado 12 de abril, en las instalaciones del centro de distribución de Gas Silza, ubicada en la carretera libre Tijuana-Tecate, frente al fraccionamiento El Refugio, propiedad de grupo Tomza y la familia Zaragoza, que ejerce el monopolio del gas en Baja California, una explosión les quitó la vida a cuatro personas y dejó a tres heridas, todos empleados del lugar.

Al igual que la gasera instalada en el corazón de la 5y10, las instalaciones de Gas Silza, en El Refugio, levantaron las alarmas sobre el peligro inminente para los ciudadanos que viven en los alrededores. Hasta este día, ambas gaseras operan con normalidad.