Chile votó para rechazar el cambio a una nueva constitución de corte conservador, misma que reemplazaría la existente desde la época de Pinochet, en un plebiscito en el que el voto en contra del cambio fue de más de 55%.

La constitución de 1980 bosquejada durante la dictadura de Augusto Pinochet continuará vigente, siendo esta la segunda vez que los votantes chilenos rechazan un cambio como este a la constitución. 

Pese a lo que pueda parecer, el rechazo a la nueva constitución es uno agridulce para la izquierda chilena, esto debido a las carencias que posee respecto en áreas como derechos de las mujeres y de colectivos vulnerables.

La nueva constitución fue criticada principalmente por restringir el acceso de las mujeres al aborto, con miedo a que pudiera eliminirse por completo el acceso al aborto, además de implementar cambios que permitían rechazar legislación que se opusiera a los valores católicos. 

De manera similar, el año pasado se rechazó una constitución de corte progresista, por lo que todo parece indicar que el país no quiere un cambio de este calibre. 

El presidente chileno, Gabriel Boric, declaró que “Durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional”, refiriéndose a este cambio y diciéndo que pese a la victoria de los votos en contra del cambio, una gran cantidad votó a favor de la propuesta. 

El presidente agregó que “nuestro país seguirá con la constitución vigente porque luego de dos propuestas constitucionales plebiscitarias, ninguna logró representar y unir a Chile”.