En los últimos 10 años, el número de consultorios adyacentes a farmacias incrementó exponencialmente, pues pasó de 13 mil a alrededor de 18 mil. Dichas cifras representan un aumento del 38%, de acuerdo con Animal Político. 

Actualmente, se estima que en este tipo de consultorios se ofrecen hasta 10 millones de consultas mensualmente en México. 

De hecho, aproximadamente el 36% de la población mexicana recurre a dichos consultorios sin importar si son o no derechohabientes del IMSS, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. 

Pero, ¿por qué? La académica Ana Victoria Morán Pérez dijo a Animal Político que su proliferación se remonta al 2010, cuando se implementó la prohibición de prescribir antibióticos sin receta médica.

El aumento también se vincula al desmantelamiento y la precariedad de los servicios de salud en nuestro país. Y es que según la revista Proceso, los consultorios de farmacia son un sistema alterno que le quita presión a las instituciones de salud pública. Sin embargo, esta situación ha generado otros problemas: la falta de regulaciones claras sobre la calidad de los servicios que se ofrecen en las instalaciones y la precarización del trabajo de las y los médicos, ya que no cuentan con prestaciones laborales y suelen ser contratados por honorarios.

En este contexto, el Instituto Nacional de Salud Pública indicó que se deben crear políticas públicas con el objetivo de monitorear el funcionamiento de los consultorios adyacentes a farmacias, ya que al no haber normas establecidas podría provocar servicios de salud de dudosa calidad y continuar con esquemas laborales precarios para las y los médicos.