El conflicto que ha estado desarrollándose en Sudán desde abril entre el ejército y los paramilitares resultó en la presencia de miles de cadáveres en descomposición en las calles de Jartum y sus alrededores.

Save the Children, una organización humanitaria, alertó sobre el peligro de esta situación, ya que la falta de capacidad de las morgues debido a cortes de electricidad impide una disposición adecuada de los cuerpos, lo que puede llevar a la propagación de epidemias.

La violencia entre el ejército bajo el mando del general Abdel Fattah al Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) causaron hasta el momento más de 3 mil 900 muertes y ha dejado a más de cuatro millones de personas desplazadas y refugiadas, según informes de ACLED y la ONU.

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La crisis humanitaria se ha agravado en Sudán, donde millones de personas requieren asistencia humanitaria urgente. Además de los problemas causados por la acumulación de cadáveres, las aguas estancadas representan un riesgo para la propagación de enfermedades como malaria, dengue y cólera.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró casos de cólera y sarampión en diversas regiones del país. Las infraestructuras sanitarias también han sido blanco de ataques, con 35 incidentes reportados entre abril y julio, causando la muerte de al menos 11 personas y heridas a 38.