TIJUANA B.C. 4 DE SEPTIEMBRE DEL 2022.- Estamos en plena ola de calor y uno de los consejos de los expertos y las administraciones es hidratarse bien bebiendo suficiente agua, que es la bebida que más hidrata y la que debe ser habitual en nuestra dieta, según los nutricionistas.

¿Qué ocurre con la temperatura del agua que bebemos en cuando hace calor? Hay quien la toma natural, otros la prefieren fresca y algunos consumidores la quieren lo más helada posible. Pero siempre hemos oído que beber agua muy fría cuando hace mucho calor o cuando acabamos de hacer deporte puede ser perjudicial para el organismo. ¿Qué hay de cierto? ¿Debemos evitar el agua muy fría cuando los termómetros suben?

Los médicos coinciden en la absoluta necesidad de hidratarse bien, pero difieren en los posibles perjuicios o riesgos que puede acarrear beber agua muy fría. “Es bueno tomar agua fría porque ayuda a rebajar la temperatura del cuerpo. Deberías tomarla congelada o directamente nitrógeno para que te hiciera daño”, apunta Paloma Gil, doctora especialista en nutrición y endocrinología. “En invierno tomamos infusiones calientes para calentarnos, y en verano agua fría para refrescarnos. No conozco ningún caso de corte de digestión por beber agua fría. Puede que puntualmente un día te sientas peor si hace mucho calor, pero no es nada destacable”.

En esa misma línea se expresa Bernat de Pablo, médico de familia. "En principio es mejor tomar el agua fría porque baja la temperatura corporal, enfría el cuerpo y se absorbe mejor". Por otro lado, el pediatra Pepe Serrano señala que el único riesgo que habría sería que se irrite la mucosa del cuello por beber algo muy frío o caliente. "Nada más. No hay ningún riesgo de corte de digestión, igual que no existe cuando te bañas en aguas frías, un mito de las abuelas, a menos que hayas hecho una comida muy copiosa y el agua sea muy fría -tanto, que no podría pasarnos en el Mediterráneo-". Este doctor añade que si el riesgo fuera cierto, habría mucha gente con cortes de digestión en las heladerías, con los granizados.

En cambio, otros especialistas se posicionan de forma muy diferente. "Yo no recomendaría beber agua fría en verano", nos dice Guadalupe Blay, responsable del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

“Al tomar agua fría, nuestro organismo debe compensar la diferencia de temperatura, para regularse, y trabajar más de la cuenta. La digestión será más difícil y podemos tener un corte de digestión. Debemos pensar también que las grasas, con el agua fría, se solidifican y eso también dificulta que ingiramos. Además, se ha visto que en las personas que sufren migrañas, se pueden agravar con el agua fría”, asegura.

Esta especialista también apunta que el agua demasiado fría puede deshidratarnos “porque al tener que regular la temperatura corporal, el organismo pierde agua. Para las personas obesas puede ir muy mal, porque se relaciona obesidad con falta de hidratación”. Según Blay, lo importante es que el agua esté fresca, pero nunca excesivamente fría.