Según un estudio de American College of Gastroenterology (ACG), la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) abarca a un grupo de afecciones en las que se presenta excesiva acumulación de grasa dentro del órgano de las  personas que consume poco o nada de alcohol, en la que se acumula grasa dentro de las células hepáticas.

La forma más común de contraer hígado graso, es la acumulación de grasa dentro de las células hepáticas, a pesar de adquirir grasa en el órgano es posible que no se vea dañado. Entre los pacientes con la enfermedad, existe el riesgo de que las personas contraigan alguna infección de gravedad, llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).

 En la esteatohepatitis no alcohólica es acumulación de grasa que se relaciona con una inflamación de las células hepáticas y diferentes grados de fibrosis, por otro lado esto no causaría alguna infección peligrosa, es capaz de derivar en la presencia de mucha fibrosis en el hígado y cirrosis.

Por el lado de la cirrosis, esto ocurre cuando el hígado sufre bastantes daños y el tejido fibroso gradualmente reemplaza a las células del hígado lo que conduce a que el hígado sea incapaz de funcionar adecuadamente. Algunos pacientes que desarrollan cirrosis podrían terminar requiriendo un trasplante de hígado (operación para extirpar el hígado dañado y reemplazarlo con otro “nuevo”).

Cabe resaltar que la EHGNA es muy común, ya que afecta el 20 por ciento de personas adultas y 5 por ciento en niños. Algunos expertos calculan que en Estados Unidos alrededor del 66  por ciento son afectados adultos, mientras que en niños abarca un 20 por ciento.

La causa principal de contraer la enfermedad es por la obesidad, ya que en los  últimos diez años, la tasa de obesidad en Estados Unidos se ha duplicado entre los adultos y triplicado entre niños y adolescentes, lo que explicaría por qué la enfermedad por hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica se han vuelto más comunes.

El hígado graso es considerado como síndrome metabólico caracterizado por diabetes o prediabetes (resistencia a la insulina), gordura u obesidad, elevación de los lípidos sanguíneos como el colesterol y los triglicéridos, además de hipertensión.

De acuerdo al estudio, la mayoría de los pacientes adultos no presentan señales, mientras que los niños podrían mostrar síntomas como  dolor en medio del abdomen o en la parte superior derecha de éste y a veces cansancio, por otro lado podrían haber zonas de piel con decoloración oscura (acantosis nigricans), que más comúnmente se presentan en el cuello y axila.

Para el diagnóstico  se confirma mediante estudios por imágenes, entre los cuales el más común es la ecografía del hígado, pues dichos exámenes revelan la acumulación de grasa en el hígado. 

Expertos mencionan que no existe tratamiento médico que revierta la enfermedad por hígado graso y que resuelvan la presencia de grasa dentro del hígado, por lo que recomiendan perder peso si son gordos u obesos, aumentar su actividad física, mantener una dieta balanceada y evitar consumir alcohol o medicamentos innecesarios, consumir medicamentos para reducir los lípidos, sensibilizantes a la insulina (si son diabéticos) y finalmente disminución de la cantidad de inflamación en el hígado mediante la administración de medicamentos antioxidantes, antiapoptóticos y anticitocinas.