En medio de una vida marcada por reconocimiento social, Nirvana Hank, la hija de la fallecida María Elvia Amaya de Hank y el conocido político y empresario Jorge Hank Rhon, ha compartido valientemente su conmovedora historia de lucha contra el alcoholismo, revelando una etapa oscura que la llevó al borde del abismo.

En un reciente video, Nirvana contó que a los 8 años intentó terminar con su vida, pues no se sentía feliz en medio de una familia tan importante. La ausencia de sus padres por atender sus trabajos le cobró factura, llevándola a una gran soledad, a pesar de que siempre le concedieron todo material y económicamente.

Con tan solo 12 años, la pérdida repentina de su madre, sumió a Nirvana en una profunda depresión que la llevó a lastimarse como una forma de canalizar su ira y tristeza. Durante seis años, los cortes en sus piernas fueron una válvula de escape para sus sufrimientos internos.

A la par, comenzó a tener una mala relación con la comida, desarrollando problemas alimenticios. Sin embargo, cuando cumplió 14 años, Nirvana encontró un nuevo refugio en el alcohol, utilizando la bebida como una forma de enmascarar su dolor emocional. Su vida se convirtió en una espiral descendente, alejándose de su familia y amigos, y adentrándose cada vez más en la oscuridad.

Fue en pleno confinamiento del año 2020 cuando Nirvana finalmente tocó fondo. Entre botellas vacías y sentimientos de desesperanza, decidió pedir ayuda a su padre, con quien llevaba cuatro años sin hablar debido a resentimientos y rencores familiares. Jorge Hank Rhon respondió con compasión y amor incondicional, ofreciéndole todo su apoyo y la oportunidad de buscar la rehabilitación.

La joven ingresó a una clínica, donde durante seis meses, trabajó en sanar sus heridas emocionales y enfrentar sus problemas. En sus propias palabras, Nirvana reconoce que esa fue una de las decisiones más valientes que ha tomado en su vida. Tras salir de la clínica, continuó su proceso de recuperación en una casa de medio camino, donde encontró el apoyo y aprendió a enfrentar sus demonios internos.

Hoy, a casi dos años de sobriedad, Nirvana ha encontrado un nuevo camino en la equitación. Desde pequeña, amó a los caballos y montar se convirtió en su terapia. La conexión con esos nobles animales se ha convertido en una forma de sanar y liberarse de las sombras del pasado

A través de sus redes sociales y conferencias, busca generar conciencia sobre el alcoholismo y romper estereotipos alrededor de esta enfermedad. Enfocada en reconstruir su relación con su familia, especialmente con sus hermanos y su padre, Nirvana ha dado un giro positivo a su vida. También se ha interesado en estudiar administración de empresas y psicología de adicciones, con el objetivo de ayudar a otros que enfrentan situaciones similares.