Un nuevo informe publicado por el Instituto Manhattan ha echado un jarro de agua fría sobre los supuestos beneficios climáticos y económicos de los vehículos eléctricos  que son ampliamente promocionados por legisladores y fabricantes de automóviles.

En general, la rápida electrificación del sector de transporte de Estados Unidos aumentaría los costos para los consumidores, haría que la red eléctrica sea más vulnerable a apagones, amenazaría la seguridad nacional y tal vez incluso no reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, según el informe titulado "¿Vehículos eléctricos para todos? El sueño imposible", escrito por el investigador principal del Instituto Manhattan, Mark Mills.

"Creo que tiene consecuencias morales. Es geopolíticamente consecuente y social y económicamente consecuente", dijo Mills en una entrevista con Fox News Digital. "Los subsidios y las regulaciones corren el riesgo de causar tal vez la mayor mala asignación de capital en los tiempos modernos en los mercados industriales. 

Se gastarán cientos de miles de millones de dólares persiguiendo estos mandatos y requisitos".

"Y como muestra el informe, no lograrán los objetivos previstos, y el intento de hacerlo tendrá enormes costos económicos y sociales porque las premisas subyacentes son incorrectas, están mal entendidas o son demasiado difíciles de cuantificar para tomar las acciones que se están tomando", continuó.

Mills señaló que el impulso del gobierno para electrificar agresivamente el sector de transporte en los próximos años se basa en la premisa de que tanto ayudará al medio ambiente al reducir las emisiones de carbono en toda la economía como ayudará a los consumidores a ahorrar dinero mediante menores costos de combustible y manteniendo los precios de los automóviles al mismo nivel que los actuales.

"Depende de cuándo y dónde cargues el vehículo", dijo a Fox News Digital. "Luego tienes que sumar a eso las emisiones que ocurren antes de que tengas el vehículo en tu garaje por primera vez, porque todos los vehículos conllevan emisiones de CO2 asociadas con la energía que utilizas para fabricar el vehículo. Uso de materiales y máquinas para fabricarlo".

"Para un motor de combustión interna, algo del orden del 15% al 20% de las emisiones asociadas con el vehículo durante su vida útil ocurren antes de que lo conduzcas", continuó. "Con un vehículo eléctrico, la proporción de emisiones varía desde el 15% hasta el 100% del total de las emisiones durante todo el ciclo de vida. Y son mucho mayores que las de un vehículo convencional, porque estás construyendo un tanque de combustible, una batería, con metales difíciles de adquirir".

Mills agregó que hay "escenarios realistas" en los que conducir un vehículo eléctrico podría generar mayores emisiones globales que conducir un motor de combustión interna.

Su informe, mientras tanto, se produce mientras los legisladores a nivel federal y estatal continúan atacando a los vehículos de gasolina tradicionales mientras promueven los VEs.

En diciembre, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) finalizó normas dirigidas a camiones pesados que en ese momento se denominaron las "normas nacionales más sólidas jamás vistas para reducir las emisiones de gases que forman esmog y hollín" de dichos vehículos. Las nuevas normas entraron en vigencia el 27 de marzo y se aplicarán a camiones nuevos vendidos después de 2027.

Luego, en abril, la EPA propuso los objetivos de emisiones de escape más agresivos a nivel federal jamás formulados para vehículos ligeros y medianos. Si se finalizan e implementan, el 67% de los nuevos sedanes, crossovers, SUV y camiones ligeros; hasta el 50% de los autobuses y camiones de basura; el 35% de los tractores de carga de corta distancia y el 25% de los tractores de carga de larga distancia podrían ser eléctricos para 2032, según proyectó la Casa Blanca.

Las empresas tecnológicas respaldadas por el Partido Comunista de China están listas para beneficiarse del proyecto de ley climático de Biden, advierten expertos en seguridad nacional.

La EPA también restableció en marzo de 2022 la autoridad de California bajo la Ley del Aire Limpio para implementar sus propias normas de emisiones y mandatos de ventas de vehículos eléctricos, lo que permitió a otros estados adoptar también las normas de California.

Meses después, en agosto, la Junta de Recursos del Aire de California, una importante agencia estatal de medio ambiente, aprobó regulaciones que ordenan que todas las compras de automóviles en el estado, que lidera el país en ventas anuales de automóviles, sean de vehículos de emisiones cero para 2035. En general, se estima que los casi 20 estados que planean adoptar las regulaciones de California representan más del 40% de las compras totales de automóviles en Estados Unidos.

"En última instancia, si se implementan, las prohibiciones de vehículos convencionales llevarán a obstáculos draconianos para una conducción asequible y conveniente y a una enorme mala asignación de capital en la industria automotriz mundial de $4 billones", escribió Mills en su informe.

"Imaginar un hipotético mundo todo-VE requiere reconocer el hecho inevitable de un enredo de supuestos, conjeturas y ambigüedades con respecto a las emisiones. Muchos de los datos necesarios nunca podrán recopilarse de manera normal por las regulaciones, dadas las incertidumbres técnicas y la variedad y opacidad de los factores geográficos, así como la naturaleza propietaria de muchos de los procesos".

"Esas incertidumbres podrían generar caos si los reguladores estadounidenses y europeos convierten las 'divulgaciones verdes' en obligatorias por ley, y todo estará sujeto a manipulación, si no a fraude".