En la última semana ocurrió algo inédito. En dos ocasiones, la temperatura promedio a nivel global alcanzó niveles nunca antes registrados. El lunes 3 de julio, la temperatura media del planeta fue de 17.01°C. Un día después, la cifra se elevó a 17.18°C. Así se superó el récord alcanzado en agosto de 2016, cuando la temperatura promedio de la Tierra fue de 16.92°C.

Los nuevos récords pronostican un futuro aún más caluroso en nuestro planeta. Y es que varias personas de la comunidad científica han asegurado que la Tierra podría estar entrando en un periodo de varios años de calor sin precedentes. 

Dicho fenómeno estaría vinculado, principalmente, a dos factores: la emisión de gases de efecto invernadero y el patrón climático de El Niño, el cual consiste en el calentamiento natural del océano Pacífico.

De hecho, la Organización de las Naciones Unidas alertó que las olas de calor extremas continuarán al menos hasta 2060, ya que hasta ahora no se ha logrado reducir los niveles de gases como el metano o el dióxido de carbono.

Se espera que algunos fenómenos naturales se intensifiquen por las altas temperaturas. Para la doctora María Neira, de la Organización Mundial de la Salud, esta situación sólo podría solucionarse con planes muy ambiciosos a nivel mundial para frenar el calentamiento global y reducir las emisiones producidas por la actividad humana.