En un movimiento audaz para combatir la contaminación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el estado de California ha obtenido finalmente la aprobación para promulgar una ley revolucionaria que establece que más de la mitad de todos los "vehículos pesados" vendidos en el estado deben ser eléctricos para el año 2035. 

Esta legislación, que fue adoptada inicialmente en 2020, incluye una serie de requisitos estrictos que superan las leyes federales, y se espera que marque un hito significativo en la lucha contra el cambio climático.

Según informa el prestigioso diario New York Times, el término "vehículos pesados" hace referencia a los vehículos de gran tamaño, como camiones, camiones de carga y autobuses de pasajeros. 

A nivel nacional, la administración del presidente Biden también está trabajando en nuevas regulaciones para reducir la contaminación del aire generada por estos camiones, pero California ha decidido tomar la delantera y no esperar a que las regulaciones federales hagan el trabajo por ellos.

La ley promulgada recientemente por el estado exige a los fabricantes de vehículos pesados que aseguren que un porcentaje determinado de sus camiones sean totalmente eléctricos. Los requisitos son los siguientes: el 55% de las camionetas de reparto y camiones más pequeños, el 75% de los autobuses y camiones más grandes, y el 40% de los camiones con remolque y otros camiones de gran tamaño. Estas metas ambiciosas reflejan la determinación de California para liderar la transición hacia una flota de vehículos más limpia y sostenible.

El New York Times destaca que, si bien la ley fue aprobada en 2020, su implementación se retrasó debido a sus requisitos más estrictos en comparación con las leyes federales existentes. California tuvo que obtener una exención de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) para ponerla en práctica, exención que finalmente se concedió en marzo de este año.

Según el Times, en 2022 solo el 2% de los vehículos pesados vendidos en los Estados Unidos eran completamente eléctricos. En su lugar, la mayoría de los camiones utilizaban motores tradicionales que funcionaban con combustibles fósiles, como el diésel. Estos motores de combustión son conocidos por ser ruidosos, emitir olores desagradables y liberar contaminantes al aire, incluyendo gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.

El cambio generalizado hacia vehículos eléctricos, incluyendo los vehículos pesados, no solo mejoraría la calidad del aire y reduciría el ruido en las calles, sino que también ayudaría a frenar el aumento de las temperaturas a nivel mundial. California está liderando este cambio hacia camiones eléctricos y, en otro movimiento reciente, también está impulsando la adopción de vehículos eléctricos de pasajeros.

Cuando California toma la iniciativa, el resto del país de Estados Unidos.