Algunos médicos del Hospital Royal Free se acercaron a Daniel, un vendedor ambulante nigeriano, para ofrecerle una opción que cambiaría la vida del joven. Mientras recorrían el hospital, los doctores le plantearon la cuestión de los riesgos de la cirugía y el tratamiento que utilizaría de por vida, lo que generó dudas en Daniel.

El hombre informó a los investigadores sobre el comercio de órganos, disfrazado como una "oportunidad de trabajo" para extraer su riñón y donarlo a un extraño. Por su parte, Cristina Huddleston, perteneciente a la organización británica Justice And Care, expresó "Lo iban literalmente a cortar como un pedazo de carne, sacarle lo que querían y luego volverlo a coser". 

Los médicos sospecharon que Daniel no estaba al tanto de la operación y había sido obligado, razón por la cual detuvieron el proceso de extracción del órgano. El joven se dirigió a presentar su caso ante la policía del aeropuerto de Heathrow, donde se inició una investigación sobre el primer proceso legal en Reino Unido conforme al tráfico de personas.

El incidente ocurrió en 2022, sin embargo, el hombre actualmente vive bajo la protección policial, este caso expuso las tácticas de los traficantes para atraer individuos al Reino Unido con falsas promesas. 

Daniel tuvo que someterse a un análisis de sangre como requisito para trabajar en el Reino Unido, sin darse cuenta de que realmente era para conocer su estado de salud y compatibilidad con Sonia, una mujer de 25 años con problemas renales.

Los traficantes le mostraron a Sonia una fotografía de un familiar que se hacía pasar por Daniel como donante voluntario. El joven tuvo citas con varios médicos del Hospital Royal Free para su diagnóstico.

El padre de Sonia, un destacado político nigeriano, fue llevado ante los tribunales donde afirmó que lo habían engañado y que no tenía intención de aprovecharse de Daniel. Los traficantes de personas están usando la ley para convertir la donación de órganos en una recompensa financiera, reveló el jurado.