Durante un periodo de aproximadamente dos semanas, los empleados de Volaris tenían la intención de detener las operaciones de la aerolínea a partir del viernes. Sin embargo, debido a los despidos que tuvieron lugar, decidieron posponer la suspensión hasta el lunes 5 de junio a las 4 de la mañana.

Mediante un aviso enviado a los jefes de aeropuerto en diferentes estaciones, como Monterrey, Tijuana, Guadalajara, México y Cancún, los empleados informaron su intención de llevar a cabo una suspensión de labores a partir del lunes como una muestra de su descontento. La razón del cambio de fecha se debe en gran parte a los despidos que afectaron a alrededor de 300 trabajadores, incluyendo a varios involucrados en la organización del paro.

En el documento enviado a los jefes de aeropuerto, los empleados enfatizaron que su objetivo no es perjudicar a la empresa ni a los clientes, y están dispuestos a entablar un diálogo y encontrar una solución justa. Por otro lado, el sindicato STIA, que representa a los trabajadores de la aerolínea, emitió un comunicado deslindándose de la organización de los trabajadores y condenando cualquier acción que genere confusión o incertidumbre.

En respuesta, Volaris afirmó que, hasta el momento, no ha sufrido afectaciones en su operación y que sus vuelos operan con una ocupación superior al 87%. No obstante, en caso de que la tripulación no se presente a trabajar, se prevé que los pasajeros se vean afectados, dado que Volaris realiza alrededor de 550 vuelos diarios a más de 196 destinos.

Tanto los pilotos, los sobrecargos, los mecánicos como el personal de tierra se han organizado para llevar a cabo el paro de labores. Sin embargo, como consecuencia, se dice que se ha solicitado a aproximadamente 300 colaboradores que firmen su renuncia "voluntaria", al ser identificados como organizadores de las manifestaciones.